Solidaridad | El Diario de Propuesta Bonaerense

«No están solos»

El 2 de Abril muchos platenses tuvimos que vivir situaciones que jamás hubiéramos si quiera imaginado. Hasta que empezó a llover, se trataba de un feriado como cualquier otro. Un tanto gris, como todos los años, dado que se recordaba a nuestros héroes de Malvinas. Pero junto con las primeras gotas también llegaron los cortes de luz. A medida que avanzaba la tarde comenzábamos a preguntarnos cuándo pararía de caer agua.

Pronto las calles se trasformaron en ríos. Peatones y automovilistas comenzaban a buscar refugio. Demasiados tuvieron que ser rescatados de la correntada por vecinos o completos desconocidos apiadados ante semejante escenario. Los autos comenzaban a pasar flotando y con gente en su interior se iban apilando en las plazas y monumentos. Llegada la noche tuvimos un respiro, durante un rato paró de llover, pero pronto la pesadilla volvería a comenzar. Podían escucharse pedidos de auxilio desde casas aledañas. El agua ya se encontraba dentro y fuera de los hogares, alcanzando en muchos casos el metro y medio de altura. La impotencia generada por no poder ayudarlos era enorme, la angustia se iba acumulando en el pecho de los ciudadanos.

En los hospitales se la rebuscaban para suministrar energía a los equipos que cantidades de pacientes requerían para seguir viviendo. Las líneas telefónicas se saturaron y, aunque algunos consiguieron comunicarse con defensa civil, los bomberos o la policía, nadie recibió el socorro suficiente. Los gritos comenzaron a apagarse. Los habitantes de esta Ciudad pasaron esa noche en el interior de sus autos, en el techo de sus casas o, simplemente, manteniéndose agarrados como pudieron de alguna escalera, reja o farol de la calle. En esa agonía que parecía eterna se preguntaban por sus familias y amigos, cuál habría sido su suerte. Las vidas perdidas fueron bastantes más de las que jamás hubieramos imaginado.

Al llegar la mañana del siguiente día ya nadie era ajeno a lo que sucedía. La Ciudad estaba paralizada, no había luz ni agua. La gente estaba en la calle, trataban de salir o de llegar a sus casas y a las de sus familiares. Los medios de comunicación le contaban al país la catástrofe que habíamos vivido. En algunos barrios el agua ya había bajado del todo y podían verse las pertenencias de los vecinos en las veredas, los elementos de trabajo, la ropa, los electrodomésticos, los recuerdos, la vida empapada y arruinada.

Mientras tanto nuestro actual Intendente estaba en Brasil. Él o alguien de su equipo de trabajo nos mentía descaradamente.

No obastante, frente a tanta desolación los que estaban en mejores condiciones comenzaron a organizarse. Ayudaron a sacar gente de las casas que todavía tenían agua y a sus amigos a limpiar. Empezaron a recolectar y a comprar artículos de limpieza, alimentos y ropa para llevar a aquellos lugares que improvisada e intempestivamente ya se habían vuelto en puntos de recepción de donaciones. A través de las redes sociales difundían los nombres y las fotos de la gente que no aparecía.

Durante y después del temporal, los platenses tejimos una red de solidaridad inmensa. La misma que luego se extendió a todo el país. Sacamos fuerzas de donde pudimos porque había que ayudar. Teníamos que ayudar y lo hicimos. Las dos semanas siguientes implicaron un enorme esfuerzo y trabajo de todos para salir del apuro. Es por eso que este diario no fue publicado durante algunas semanas.

Ya pasaron más de quince días, pero no podíamos dejar de compartir con ustedes nuestro relato de lo ocurrido porque estaremos eternamente agradecidos. Nuestra Agrupación pudo llegar al seno de muchos hogares, geriátricos y comedores gracias al esfuerzo de todos los voluntarios. No sólo recibimos donaciones de platenses si no que también pudimos contar con el auxilio de Pro Mendoza, Pro Tucumán, Pro Córdoba, Pro CABA y tantos otros que canalizaron la ayuda de muchísimos argentinos. Ustedes nos dijeron «no están solos» y tenían razón. Queremos que sean conscientes de lo mucho que nos ayudaron y de todo lo bueno que podemos hacer cuando nos solidarizamos con el otro. Pero sobre todo queremos decirles en respuesta al esfuerzo y cariño que nos hicieron llegar, MUCHAS GRACIAS. No estamos solos.

Por último, queríamos contarle a la ciudadanía platense que Propuesta Bonaerense sigue trabajando. Continuamos recibiendo y entregando donaciones en los barrios más necesitados a la vez que diseñando y analizando propuestas para evitar que ocurra otra catástrofe de tal magnitud. Creemos fundamental una ágil y rápida investigación sobre la responsabilidad de los distintos estamentos gubernamentales. Porque esto no debe volver a suceder. ¡FUERZA LA PLATA!